El aguacate, fruto del aguacatero (Persea americana), pertenece a la familia de las lauráceas, formada por plantas leñosas que crecen en climas cálidos y entre las que se incluyen aromáticas como el laurel, el alcanfor y la canela.

¿De donde proviene su nombre? Su origen se sitúa en Centroamérica, en las zonas de México, Guatemala y las Antillas. El nombre deriva del azteca ahuacatl, que significa “testículo”, seguramente debido a su forma, y de ahí su fama como afrodisiaco.

Los españoles la denominaron “pera de las Indias”. Tiene, en efecto, forma de pera, piel dura y oscura, y alberga en su interior una única semilla redonda y de gran tamaño. La pulpa es cremosa, de color verde o amarillo pálido, con un sabor que recuerda a la avellana.
Al existir tantas variedades con diferentes épocas de recolección, el aguacate puede encontrarse en el mercado tanto en invierno como en verano. Actualmente se pueden encontrar aguacates de producción nacional y con el aval de la agricultura ecológica.
Propiedades del aguacate.
La composición del aguacate lo convierten en un alimento extraordinario que tiene cada día más seguidores.
CARGADO DE GRASA SALUDABLE.
Lo más curioso nutricionalmente del aguacate es que siendo una fruta fresca su principal componente no son los hidratos de carbono, sino las grasas, que constituyen el 23% de su peso.
Y lo mejor es que son grasas del tipo más sano: monoinsaturadas, como las del aceite de oliva.
RICO EN VITAMINA E.
Como otros alimentos grasos, destaca sobre todo por su vitamina E, que protege la membrana de las células y su núcleo, que puede prevenir el desarrollo de enfermedades degenerativas como el cáncer. Unos 100 g de aguacate procuran el 25% de la que se precisa al día.
MINERALES Y VITAMINAS.
También aportan el 22% de las necesidades diarias de vitamina C, un poco de provitamina A y una variedad de minerales (potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro, cobre y cinc).
Beneficios del aguacate.
El aguacate conviene en todas las épocas de la vida y tan solo deberían moderar su ingesta las personas con sobrepeso. Su consumo habitual produce una serie de beneficios.
CÓMO HACER MADURAR UN AGUACATE.
Para que el fruto madure completamente debe dejarse unos días en un lugar oscuro a entre 15 y 24 ºC, pero no hay que introducirlo en la nevera antes de que madure, ya que esto lo daña e impide que lo haga.
A temperatura ambiente los aguacates maduran en 3 o 4 días. Un truco para acelerar el proceso se pueden introducir en una bolsa de papel junto a una manzana o un plátano.
CÓMO SABER SI ESTÁ MADURO.
Se sabe que el aguacate está en su punto si cede a una suave presión con los dedos, aunque es preferible no tocarlo demasiado, pues se deteriora con facilidad.
Otra forma de saberlo es sacudiéndolo suavemente. Si se nota el hueso agitándose en el interior significa que está listo para comer. A partir de ese momento se puede guardar en la nevera para detener la maduración y conservarlo unos pocos días.
El aguacate, al igual que otras frutas tropicales, no soporta temperaturas muy bajas, por lo que no se aconseja congelarlo ni refrigerarlo por debajo de los 4 ºC.
EVITA QUE SE OXIDE CON LIMÓN.
Para evitar que se ennegrezca por esa oxidación es necesario añadirle un ingrediente ácido como zumo de limón o de lima, o bien envolverlo en una película de plástico o papel film que no deje pasar el oxígeno.
Para pelarlo se corta la fruta longitudinalmente con ayuda de un cuchillo bien afilado hasta alcanzar la semilla, se giran ambas mitades una contra la otra, como si se fuera a abrir un envase, y se separan. Luego se retira el hueso y se extrae la pulpa con una cuchara.
MANTEQUILLA DE AGUACATE PARA UNTAR.
La pulpa, machacada y mezclada con un chorrito de buen aceite de oliva y unas gotas de limón o pomelo, resulta excelente untada sobre unas rebanadas de pan integral o unas galletitas saladas.
SE PUEDE COCINAR.
La forma más habitual de preparar y consumir el aguacate es crudo, aunque, con algunas objeciones, también se puede cocinar.
En muchos libros de cocina se pueden encontrar recetas que lo incluyen salteado u horneado. Ahora bien, la mayoría de los cocineros prefieren añadirlo crudo al final de la cocción (muchas veces en salsas, guisos y sopas) pues las cocciones prolongadas acaban confiriéndole cierto sabor amargo.
Por otra parte, las altas temperaturas pueden transformar su delicada consistencia, dándole una apariencia a huevo que resulta poco atractiva.
GUACAMOLE, LA RECETA REINA.
Un ejemplo de la capacidad para combinarse es el guacamole, una receta de origen mexicano elaborada a base de aguacate, cebolla, tomate, limón y algunas especias picantes, que pueden variar según el cocinero.
Este maridaje de sabores, tan popular en los países centroamericanos, ha contribuido a propagar el gusto por el aguacate en todo el mundo.
Se puede servir en aperitivos, acompañado de nachos o tortillas de maíz fritas o como guarnición de cualquier plato que se nos ocurra.
Además el aguacate combina muy bien con huevos, setas, aceitunas (y su aceite) y hortalizas como los puerros y la calabaza, entre otras.
TODO TIPO DE CREMAS Y SALSAS.
Con el aguacate como base y cualquiera de estos alimentos, se pueden preparar infinidad de cremas muy prácticas para rellenar verduras y crepes o para dar consistencia a sopas frías o calientes.
Puedes condimentarlo con comino, ajo, cilantro, albahaca o pimienta que le dan personalidad, aunque conviene no abusar de especias ni plantas aromáticas para no ahogar su sabor.
En la preparación de las salsas el aguacate despliega todo su potencial, aunque en ese caso conviene elegir los más aceitosos.
Basta con añadir un poco de pulpa a una mayonesa o vinagreta para elevarla a otra categoría. Se pueden crear salsas muy diferentes, para vestir platos de pasta o aderezar ensaladas, por ejemplo.
AMIGO DE LOS DULCES.
Su gran afinidad con los frutos secos y las frutas facilita mucho las cosas a la hora de crear postres, que resultan deliciosos y muy originales, y se pueden endulzar con frutas desecadas, una buena miel o sirope de arce.
De esta manera se pueden preparar helados, tartas, pudines y sobre todo mousses, para los que su textura melosa resulta idónea.
Otra forma de sacar provecho del aguacate es añadirlo a zumos de frutas, especialmente a los tropicales, o emplearlo como base para preparar batidos con leche vegetal de soja, avena o, mejor aún, almendras, pues al aguacate le gusta la compañía de los frutos secos.
COMPRA Y CONSERVACIÓN.
El aguacate se recolecta antes de estar maduro. En la mayoría de casos, llega a los comercios todavía verde y acaba de madurar en casa.
A la hora de comprar un aguacate hay que comprobar que la piel no presente puntos negros, manchas o cualquier signo que indique una excesiva maduración.
No obstante, conviene saber que una piel agrietada no siempre significa que esté pasado: algunas variedades tienen ese aspecto en condiciones normales.
PRINCIPALES VARIEDADES.
Se distinguen hasta 500 variedades, las principales de las cuales son:
TODO TIPO DE CREMAS Y SALSAS.
Con el aguacate como base y cualquiera de estos alimentos, se pueden preparar infinidad de cremas muy prácticas para rellenar verduras y crepes o para dar consistencia a sopas frías o calientes.
Puedes condimentarlo con comino, ajo, cilantro, albahaca o pimienta que le dan personalidad, aunque conviene no abusar de especias ni plantas aromáticas para no ahogar su sabor.
En la preparación de las salsas el aguacate despliega todo su potencial, aunque en ese caso conviene elegir los más aceitosos.
Basta con añadir un poco de pulpa a una mayonesa o vinagreta para elevarla a otra categoría. Se pueden crear salsas muy diferentes, para vestir platos de pasta o aderezar ensaladas, por ejemplo.
AMIGO DE LOS DULCES.
Su gran afinidad con los frutos secos y las frutas facilita mucho las cosas a la hora de crear postres, que resultan deliciosos y muy originales, y se pueden endulzar con frutas desecadas, una buena miel o sirope de arce.
De esta manera se pueden preparar helados, tartas, pudines y sobre todo mousses, para los que su textura melosa resulta idónea.
Otra forma de sacar provecho del aguacate es añadirlo a zumos de frutas, especialmente a los tropicales, o emplearlo como base para preparar batidos con leche vegetal de soja, avena o, mejor aún, almendras, pues al aguacate le gusta la compañía de los frutos secos.
COMPRA Y CONSERVACIÓN.
El aguacate se recolecta antes de estar maduro. En la mayoría de casos, llega a los comercios todavía verde y acaba de madurar en casa.
A la hora de comprar un aguacate hay que comprobar que la piel no presente puntos negros, manchas o cualquier signo que indique una excesiva maduración.
No obstante, conviene saber que una piel agrietada no siempre significa que esté pasado: algunas variedades tienen ese aspecto en condiciones normales.
PRINCIPALES VARIEDADES.
Se distinguen hasta 500 variedades, las principales de las cuales son:
  • Haas, la más comercializada, de pequeño tamaño oval, piel oscura y pulpa amarilla, disponible todo el año.
  • Bacon, disponible desde finales de otoño a principios de primavera, de tamaño mediano.
  • Cocktail o dátil, alargada y sin hueso, que se cultiva en Israel y España.
  • Fuerte, de tamaño mediano o grande, piel fina y sin brillo, y pulpa cremosa, cultivada en África y España
  • Pinkerton, variedad de invierno, alargada, de piel rugosa y semilla pequeña, cultivada especialmente en Israel.

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