La “raíz” de remolacha (Beta vulgaris) es en realidad el tallo bajo de esta planta nativa de la Europa mediterránea y occidental. Los humanos han comido esta planta desde la prehistoria, al principio sus hojas y después la parte subterránea de algunas variedades. En la Grecia clásica, las raíces de remolacha eran largas, blancas o rojas, y siempre dulces. El tipo grueso y rojo apareció en algún momento antes del siglo XVI, cuando algunos artistas la representaron en sus ilustraciones.

Está dotada de una piel fina que recubre una pulpa densa y muy suculenta. El color de esta fina piel es variable, desde rosáceo a violáceo, y de anaranjado a rojizo y marrón. La pulpa suele de de color rojo oscuro y puede presentar en ocasiones círculos concéntricos de color blanco.

Esto se debe a la gran cantidad de azúcares que acumula, lo que hace que su sabor sea notablemente dulce, aunque acompañado de un matiz terroso.
Francia e Italia son los dos grandes productores de remolacha de mesa. En España, durante el invierno se produce en las regiones del norte, centro y el Levante, mientras que en primavera y verano su producción se centra en la zona de Andalucía.
  • Propiedades de la remolacha
Es una excelente fuente de ácido fólico, así como de vitamina C y potasio. Concretamente 100 g cubren la tercera parte de las necesidades diarias de ácido fólico de un adulto, la sexta de las de vitamina C y el 8% de las de potasio y magnesio.
También contiene una cantidad apreciable de fósforo y apenas aporta calorías (41 por 100 g). Otros nutrientes que se encuentran en cantidades no desdeñables son las vitaminas B1, B2, B3 y B6, y los minerales hierro y yodo.
Todos los nutrientes, especialmente el hierro, se asimilan mejor cuando la remolacha se toma en forma de jugo. 
  • Beneficios de la remolacha
Muchas enfermedades pueden beneficiarse del consumo de remolacha, sin embargo, se ha de insistir en que la remolacha no cura nada por sí misma, sino que ayuda a la prevención como un alimento saludable en la dieta.
  • POTENTE ANTICANCERÍGENO
La betanina es el pigmento rojo que da color a la remolacha y se trata de un flavonoide con potente agente anticancerígeno. 
Se ha demostrado que la ingestión de esta planta inhibe la aparición o el crecimiento de tumores cancerígenos, tal como constató el doctor húngaro Alexander Frerenegi en sus experimentos llevados a cabo en animales y personas.
CONTROLA LA TENSIÓN ARTERIAL
La ingestión de zumo de remolacha reduce la presión arterial gracias a que aumenta la concentración en la sangre de óxido nítrico que dilata los vasos sanguíneos.
Otras indicaciones de la remolacha son:
· Asma: se ha visto que las personas asmáticas se benefician de una dieta rica en vitamina C, en la que es rica la remolacha. Para que esta tenga una mayor efectividad preventiva se debe consumir en crudo, bien rallada en las ensaladas, o bien haciendo un saludable jugo.
· Aterosclerosis: las dietas ricas en fibra, como la que contiene la remolacha, ayudan a reducir la absorción del colesterol.
· Atletas: al ser rica en carbohidratos de acción lenta (8,5%) proporciona energía constante.
· Cáncer: en la remolacha se ha encontrado una sustancia con potencial acción preventiva del cáncer, que se denomina biochanina A y que se consigue tomando un jugo de raíces y hojas de esta hortaliza.
· Cataratas: el betacaroteno que contiene parece ser que previene la aparición de esta afección.
· Degeneración macular: la remolacha es rica en antioxidantes capaces de mejorar el estado de la retina.
· Fragilidad venosa: protege los vasos sanguíneos y el corazón.
El consumo habitual no representa ningún riesgo, excepto para las personas con tendencia a formar piedras de oxalatos en el riñón, porque la remolacha es rica en ácido oxálico. 
  • La remolacha en la cocina
De esta planta se pueden utilizar tanto la raíz como sus hojas verdes, que resultan excelentes, ya sea crudas, escaldadas o cocidas al vapor, como si se tratase de espinacas. Para esto es importante escoger los ejemplares más verdes y tiernos.
La remolacha sola, tomada tal cual, tiene un sabor demasiado fuerte, y por ello en general se consume acompañando ensaladas, ensaladillas, rallada o cocida.
En jugo también se puede tomar pero es mejor combinarlo con frutas o verduras de sabor más suave.
Si la tomamos cocida es mejor hervirla entera y luego pelarla y trocearla. De esta manera conserva mucho mejor sus pigmentos y algo que es muy importante, su aroma.
Las remolachas envasadas que se encuentran en el supermercado no son mal alimento si no tienen conservantes, si bien el hecho de la cocción (en casa o de tipo industrial) reduce algo sus cualidades nutricionales al neutralizar buena parte de su vitamina C. Sin embargo, sigue conservando todos sus minerales, ácido fólico, pigmentos y flavonoides que le dan esta gran capacidad preventiva.
  • COMPRA Y CONSERVACIÓN
Hay que elegir manojos con hojas y tallos intactos y cuyos bulbos sean de tamaño similar, a ser posible pequeño, para que se cocinen uniformemente. Se preferirán las raíces pequeñas.
Para guardarlas es mejor conservarlas en el frigorífico, envueltas en una bolsa de plástico. No se recomienda congelar la remolacha porque se reblandece.
  • Cura nutricional
Si se decide hacer una cura nutricional, se recomienda el consumo de una remolacha mediana cada día en cualquiera de sus presentaciones (cocida, cruda o su jugo), si bien la remolacha cruda es la que ofrece una mayor riqueza nutricional.
  • TIÑE LA ORINA
Ten en cuenta que los pigmentos de la remolacha tiñen la orina y las heces de color rojo, así que no te asustes, pues se trata de algo inocuo y pasajero.

Buscas algún tema